Klaas Willems: "Still Alive" - Una vida en la roca contra la fibrosis quística

La vida de Klaas Willems es una historia de lucha, deporte, amor, esperanza... es una vida fuera de lo común. Still Alive, la película protagonizada por él mismo, cuenta su continua batalla contra la fibrosis quística, un reto que supera cada día gracias a la escalada. Fuimos a entrevistarlo antes del estreno de su película.

Klaas Willems: "Still Alive" - Una vida en la roca contra la fibrosis quística

«Cuando la mente cree que es posible, el cuerpo la acompaña». Tanto en el deporte como en la vida, sabemos lo importante que es la fuerza de voluntad para lograr un reto o conseguir un resultado. Y cuando el objetivo es mantenerse con vida, la tenacidad se convierte en tu principal aliado.Este es el caso de Klaas Willems, un deportista del equipo LaSportiva que, aquejado de fibrosis quística, ha encontrado en la escalada el motor fundamental de su delicada existencia. La patología que padece Klaas le provoca problemas en los sistemas respiratorio y digestivo. Quienes están afectados por ella, se enfrentan a una esperanza de vida que casi siempre lucha por superar los veinte años. Sin embargo, Klaas logró traspasar esta imaginaria barrera estadístico-científica hace tiempo gracias a un apego a la vida que sólo la escalada le ha sabido dar. La roca se ha convertido en su oxígeno, y Ulassai, en Cerdeña, en su nuevo hogar. Es un pueblo mágico en el centro este de la isla, en una región denominada la Zona Azul, término que designa las áreas del planeta donde la esperanza de vida es muy superior que el promedio mundial, debido a la calidad de vida. Y en este lugar es donde Klaas encontró el coraje para contar su historia en Still Alive, su película autobiográfica que se estrenará en junio y que documenta su lucha contra la fibrosis quística y los dos tumores que lo aquejaban.

 

 

 

Klaas, los médicos decían que deberías haber muerto hace diez años, pero sigues aquí. ¿Te ha llevado a reflexionar sobre el tiempo?

Cuando era niño, no había muchos tratamientos para la fibrosis quística, por lo que los médicos prepararon a mis padres explicándoles que no había muchas posibilidades de que terminara la escuela secundaria. Con los años, las terapias han mejorado, pero nunca pensé que viviría más allá de los veinticinco. Antes de empezar a escalar, a mis dieciocho años, nunca había hecho planes para un futuro que pensaba que no tendría. En la escalada encontré algo que me fascinó. Además, es una actividad que requiere compromiso y entrenamiento para mejorar, lo que para mí significaba tener que estar siempre en buena forma física, algo que nunca antes había hecho porque pensaba que no valía la pena. En esa época vivía con otros compañeros y siempre fumaban en casa. Entonces, los médicos me alarmaron diciendo que tenía que cambiar radicalmente mi estilo de vida si no quería morirme en unos pocos años, así que les hice caso. Todos experimentan la enfermedad a su manera. Yo pensaba que no viviría mucho tiempo, y sólo al descubrir la escalada encontré el deseo de superar mis límites y ver hasta dónde podía llegar.

 

Has dicho: «Cuando tienes algo por lo que vivir, todo es más fácil». ¿Crees que la escalada te salvó la vida?

¡Sí! No hay más. Necesitaba algo que me motivara, que me empujara. Todos necesitamos metas y estímulos. Cada persona encuentra su razón de ser en diferentes formas, y yo lo descubrí en la escalada, que me permitió vivir el momento; saborear el presente sin pensar en el futuro.

 

¿Qué significa realmente tener fibrosis quística en la vida cotidiana? ¿Cómo te afecta mientras escalas?

Las principales alteraciones están relacionadas con los sistemas digestivo y respiratorio, por lo que las actividades de resistencia resultan mucho más duras. El cuerpo no posee la energía suficiente para realizar ciertos esfuerzos. Para escalar, el corazón y los pulmones tienen que funcionar bien, y eso requiere mucha energía, por lo que tengo una exigencia mayor que otras personas. Además, el cuadro clínico empeora con la edad y, aunque se ha avanzado en los últimos años, hasta la fecha las terapias tienen como único objetivo estabilizarlo. Creo que los momentos más duros fueron escuchar a todo el mundo decir que, por  mi enfermedad, no podía hacer ciertas cosas, como escalar grandes alturas. Gracias a la escalada, poco a poco me di cuenta de que sí que podía realizar muchas de esas cosas que de alguna manera me habían sido prohibidas. En última instancia, el mayor desafío fue averiguar hasta dónde podía llegar.

 

¿Cuánto te ha ayudado la fuerza mental necesaria para escalar a lidiar con la enfermedad? Y viceversa, ¿en qué medida te ha hecho la fibrosis quística más valiente al escalar?

Cuando la mente cree que es posible, el cuerpo la acompaña. Somos capaces de cosas extraordinarias, tan increíbles que la mayoría de la gente ni siquiera cree que puede hacerlas. Quería demostrarles a todos que puedes hacer grandes cosas aunque tengas fibrosis quística. He encontrado alegría y satisfacción en demostrar a los demás de lo que soy capaz. Creo que la fibrosis quística me ayudó a sobrellevar el cáncer que tenía: ya sabía cómo relacionarme mentalmente con la enfermedad, así que cuando apareció una nueva fue como si ya estuviera preparado.

 

 

¿Por qué razón elegiste vivir en Cerdeña, y en Ulassai en particular?

En Bélgica somos un poco cerrados. Casi parece que no queramos demostrarles a los demás que vivimos en un lugar agradable, mientras que la gente de aquí está ansiosa por enseñarte lo hermosa que es su tierra. En Ulassai hay mucha roca virgen y amplias posibilidades para abrir nuevas vías. Además, el estilo de escalada es muy técnico, mi favorito. La calidad del aire también es excelente, un factor importante para mis pulmones. En Cerdeña, la gente es superhospitalaria y acogedora. Además, el entorno es realmente maravilloso. Aquí, caminando por las calles, los habitantes te ofrecen una copa de vino, fruta y verdura. ¡Pasaron tres años antes de poder pagar personalmente mi consumición en el bar, porque siempre había alguien invitándome a un café! Son personas muy generosas, me siento muy acogido.

 

Habéis abierto muchas rutas nuevas en Cerdeña. ¿Cuál es tu favorita?

Me gusta que haya una historia detrás de los nombres de las rutas que abro. Por eso, Still Alive es sin duda una ruta especial para mí. Sin embargo, por el momento, mi favorita es I Ribelli della Montagna («los rebeldes de la montaña») hasta Punta Argennas, la primera ruta de varios largos que establecí, unida a Mathias Mandi. I Ribelli della Montagna es el título de una canción de Modena City Ramblers, que tocaron recientemente en Cerdeña. ¡Fue un concierto realmente genial!

 

¿Cómo fue trabajar en la película Still Alive, que relata la historia de tu vida?

Fue un proceso bastante complejo, que duró muchos años. Ya había estado un tiempo pensando en hacer algo para contar lo que me había pasado, pero nunca había encontrado la manera correcta, así que esperé el momento adecuado. Cuando tuve cáncer por segunda vez, grabé videos mientras estaba en el hospital, durante los tratamientos. Entonces fue cuando La Sportiva y Petzl decidieron patrocinarme. Les conté mi historia, y las empresas quisieron financiar la película. Estoy encantado con el resultado y el excepcional trabajo realizado por el director, Santino Martirano. Y también tengo que darles las gracias a La Sportiva y Petzl.

 

¿Por qué crees que es importante contar lo que viviste?

A menudo, cuando les hablaba a mis amigos sobre la enfermedad, quedaban impresionados por mi historia y no paraban de decirme que tenía que contar mis vivencias. Sin quererlo, me había convertido en un referente para otras personas con fibrosis quística que, al verme escalar, pensaron que tal vez ellos también podrían hacerlo, considerando lo mucho que me había ayudado. El objetivo de esta película no es mostrar lo fuerte que soy, sino animar e inspirar a otras personas: cuando la vida no sale como pensábamos, todavía hay esperanza. Esperé mucho tiempo para hacer la película y ahora quiero que la vea la mayor cantidad de gente posible.

 

¿Cuál es el valor de compartir tu experiencia con otros pacientes con fibrosis quística y la comunidad del outdoor?

Cuando empecé a escalar, pensaba que todo lo que soy capaz de hacer hoy no era posible, simplemente porque nunca lo había probado. Creía que no podía subir a grandes alturas, pero he alcanzado los cinco mil metros. Con esta película quiero demostrarle a la gente que podemos lograr metas que tal vez ni siquiera nos proponemos porque creemos que están fuera de nuestro alcance. Siempre vale la pena intentar hacer tus sueños realidad.

 

 

¿Qué efecto tuvo verte tan «desnudo» frente a la cámara en la película?

¡Lloré! Nunca me he sentido especialmente orgulloso de lo que he hecho. Siempre lo he subestimado diciendo que, en el fondo, no estaba tan enfermo, pero cuando me vi de nuevo en la película, examiné toda mi vida desde otra perspectiva y, por primera vez, me sentí realmente orgulloso de mí mismo. Quería hacer esta película para inspirar a otras personas pero, en cambio, me dio una fuerza y motivación que no esperaba. Fue algo especial.

 

¿Tienes alguna fecha prevista con respecto a la presentación de la película?

El 14 de junio será el estreno de la película en el Festival de Cine de Chamonix. Participaré en la presentación y tengo mucha curiosidad por saber qué pensará el público y qué preguntas me harán. A finales de junio habrá otro festival de cine en la Toscana donde se proyectará Still Alive y allí también estaré presente.

 

¿Qué planes tienes para el futuro?

Gracias a las nuevas terapias, tengo ganas de hacer planes para el futuro por primera vez en mi vida. Hay algunos lugares a los que me encantaría ir: me gustaría escalar El Capitán en Yosemite y viajar en una expedición para abrir nuevas rutas en algún lugar remoto de la Tierra, como Groenlandia, por ejemplo. Nunca me he embarcado en aventuras como esta porque siempre he tenido miedo de que, si enfermaba, toda la expedición se iría al traste por mi culpa. Sin embargo, ahora que mis pulmones se han estabilizado, finalmente puedo pensar en tener estas experiencias.

 

¿Qué te gustaría decirte a ti mismo hace diez años?

¡Sueña a lo grande! Hace diez años nunca pensé que sería capaz de hacer lo que he hecho. Pensaba que moriría a los veinticinco, pero hoy tengo treinta y siete y sigo aquí, en la flor de mi vida.

 

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