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Este escalador de Abruzzo, reservado pero decidido, pertenece a la familia de La Sportiva desde enero.
Elias Iagnemma Escala desde los doce años, gracias a su tío. En 2009, a causa del terremoto en L'Aquila, su ciudad, tuvo que pausar su carrera en el mundo de la escalada, dado que todos los gimnasios de la zona estaban cerrados y él, que había perdido su casa, se vio obligado a mudarse a Suiza con su tío y familia. Esto supuso dejar también en suspenso las competiciones de escalada durante esos dos años. A los dieciséis regresó a Italia y volvió a escalar, y fue entonces cuando comprendió que quería hacer de este deporte su vida. En los últimos años se ha especializado en outdoor bouldering, que le genera emociones más fuertes que unas competiciones indoor que más bien le estresan. Hoy, a sus veintisiete años, aparte de la escalada, considera muy importante la valoración de nuevas zonas de boulder. Para él, es muy especial cierta zona en Abruzzo, en Tintorale, cerca de Teramo, con líneas desde quinto grado hasta 8c+, y donde también se encuentra Ganesh, un boulder de 8c+, su mejor puntuación actualmente. Para Elías, outdoor significa estar en un estrecho contacto con la naturaleza, donde cobra especial relevancia tener una buena sintonía con el entorno y la propia piedra. Elías es una persona reservada que elige escalar con gente de confianza con quienes compartir jornadas intensas, además, de entrenar a distancia a aficionados de esta disciplina y ser propietario de un rocódromo en el centro de Italia.
Elías, ¿en qué proyecto estás centrado ahora?
Estoy en Finlandia, intentando hacerme el Burden Of Dreams, el primer boulder 9a del mundo, el más difícil que existe y que cuenta con sólo dos repeticiones. Una pared en seis movimientos. Este es mi tercer viaje. Los anteriores me dieron la oportunidad de probar la pared y luego poder entrenar en casa en pasajes específicos. Soy muy optimista y tan sólo estoy esperando las condiciones adecuadas para una posible subida. Es una pared tan importante para mí que decidí invertir la mayor parte de mi tiempo y formación en este proyecto. Quedarse en Finlandia requiere muchos sacrificios: vivir en la carretera, el cambiante tiempo y mantener la concentración en un único objetivo a veces no es fácil, pero es una actividad que me encanta y me motiva a esforzarme siempre. Al principio pensé que Burden Of Dreams era demasiado difícil para mí, pero luego me decidí. Soy consciente de que nunca me he rendido tras una derrota; es más, fracasar para mí no es el final sino el comienzo de aquellas enseñanzas que me ayudan a mejorar. Cuando regresé a Finlandia para intentar volver a escalar el boulder, desde el primer día logré resolver todos los movimientos individuales, incluso el primero, que se considera el más difícil; ahora puedo hacerlo hasta cuatro veces en un mismo día, así que tengo posibilidades de lograrlo. Aparte está el último movimiento, que no es muy difícil, pero tiene su aquel.
Entre las diferentes disciplinas de escalada, ¿por qué elegiste el outdoor bouldering?
Es la disciplina en la que estoy más a gusto. Tengo unos dedos fuertes y fuerza explosiva, pero lo más importante es el contacto con la roca, que me hace sentir vivo. Durante varios años también escalé con cuerda y he hecho rutas hasta 9a+, pero la resistencia no es mi fuerte y por eso prefiero tramos cortos y el boulder. Hacer lead no me produce la misma emoción que escalar una roca, el estar siempre atado a alguien o a algo, a tu compañero de escalada, a la cuerda, al arnés o a las cintas exprés. Para experimentar Burden Of Dreams puedo estar solo, a mi aire y en contacto directo con la roca. A diferencia de hacer lead, el boulder ofrece mayor libertad: todo lo que necesitas son zapatillas, magnesio, cepillo y algún que otro crash pad. El boulder también es más inmediato, físico y dinámico que la escalada con cuerdas, donde cuando te caes tienes que esperar un rato antes de volver a intentarlo. Además, me encanta limpiar piedras; ese contacto único con la naturaleza de oler el musgo y la tierra, sensaciones que no experimento con la cuerda.
Te gusta inventar, crear y abrir nuevas líneas. ¿Cómo surge la inspiración de concebir una nueva línea?
En el boulder, cada piedra tiene su propia forma y por eso consigue darme una idea diferente. La estética de la línea es subjetiva: lo que más me gusta es limpiar piedras para encontrar las líneas. Normalmente sólo me centro en las piedras que me llaman la atención por ser geométricamente perfectas, o muy redondeadas, o angulosas, altas, muy salientes, con mínimas sujeciones... Siempre trato de encontrar la línea que más me inspira. Burden Of Dreams, por ejemplo, la considero una king line: es una pared de cuarenta grados con las mínimas presas necesarias. No hay otra manera. Cada movimiento es un paso obligado. Para mí, te exige una perfección trepidante.
Has comentado que tus mayores éxitos no los conseguiste por estar precisamente en plena forma, sino relajado y sin presión ninguna. ¿Qué te ha enseñado la escalada a lo largo de los años?
La cabeza a veces te juega malas pasadas. Puede ser mejor estar en peor forma pero bien centrado en lo que haces, que estar en plena forma pero con la cabeza en otra parte. En el boulder, cuando se escalan dificultades altas, se necesita tener mucha concentración y enfocarla en ese preciso momento. Debes prestar la máxima atención a cada movimiento, no hay espacio para descansar y pensar en lo que sigue, como ocurre con la cuerda. Ha habido días en los que pensé que nunca podría escalar una vía y en cambio, después de pasar horas y horas intentándolo, con la piel magullada, al final, con la mentalidad adecuada, lo he logrado. Entonces me he dado cuenta de que a veces el éxito no es un límite físico sino un enfoque mental diferente.
A la hora de elegir un proyecto, ¿qué importancia tiene el interés por el recorrido y, en proporción, conseguir un récord y posterior reconocimiento?
En este momento de mi vida, intento no pensar en el futuro; quiero vivir el momento y dejar a un lado lo que esperan los patrocinadores. En este nuevo viaje con La Sportiva, creo haber encontrado personas que me entienden a la perfección y quieren apoyarme, no por mi rendimiento o por las redes sociales, sino por mi manera de ver las cosas.
Comentabas que es positivo distinguirse de las tendencias predominantes. ¿En qué sentido?
Para muchos escaladores sólo cuenta el rendimiento. Vale, creo que es un aspecto importante, pero es tan solo la punta del iceberg, y a mí me gusta más lo que viene antes. Me interesa vivir el proceso en todas sus formas, empezando por la limpieza de la piedra. Me gustaría destacar no sólo por mi desempeño sino por los valores que encarno y por haber transmitido algo a los amantes de la escalada. A menudo, las personas solo ven esa parte del vídeo en que se concluye la pared, pero ignoran todo el trabajo previo para llegar hasta ese resultado.
¿Qué motivos te llevaron a unirte a la familia La Sportiva y qué valores compartes con la empresa de Val di Fiemme?
La Sportiva siempre ha estado presente con sus productos, desde pequeño, y era todo un sueño contar con el apoyo de la marca de Trentino. Cuando se me presentó esta oportunidad, pensé: «¡no puedo dejarla pasar!» El material técnico siempre ha tenido una calidad excelente. Además, quienes trabajan en la marca entienden lo que significa para mí el bouldering outdoor, defienden mi causa de limpiar nuevas áreas y valoran la importancia de ofrecerles a otras personas la oportunidad de escalar algo que antes no existía.
¿Escalar es soledad o compartir?
Siempre he difundido todo lo que hago y seguiré así. Me encanta que la gente suba a las paredes que limpio y sienta las mismas emociones que yo, no lo hago sólo por mi ego. Al mismo tiempo, Creo que es importante educar a la gente para preservar la roca y la naturaleza. Desgraciadamente, en ocasiones, debido a la masificación de la escalada, los bosques quedan arruinados, y también los bloques. Sería tan fácil como que todo escalador adoptara una serie de comportamientos sencillos para evitar la degradación ambiental: despejar las presas, dejar el lugar limpio, recoger colillas y papel usado e intentar caminar exclusivamente por el camino señalizado. De hecho, cuando un número considerable de personas caminan libremente por el bosque, echan a perder el musgo que lo rodea. No es justo que quienes nos sucedan ya no puedan admirar los lugares tal y como eran sólo porque algunas personas no se supieron comportar. Cuando limpio un pared, intento quitar lo menos posible y no elimino todo el musgo, ya que tiene vida propia y hay que causar el menor impacto posible en la naturaleza.
¿Cuál es tu lista de buenos propósitos para 2024?
El proyecto más importante es Burden Of Dreams, pero también llevo dos años con un proyecto importante en Italia, y he hecho algunos avances. Está situado en el refugio Barbara, en Piamonte, y lo he bautizado con el nombre de «Exodía». El boulder se divide en dos secciones, una primera parte de boulder 8c+ y una segunda parte de 8b: combinar todo es realmente difícil, incluso podría ser el primer 9a de Italia. Para verano, planeo regresar a Rocklands, Sudáfrica, donde hay dos proyectos esperándome que me inspiran mucho: «Livin Large» y «The Finnish Line», ambos 8c, increíbles sobre todo por sus ocho metros de altura de líneas perfectas. El próximo invierno quiero volver al Tesino, donde me gustaría poner mis manos de nuevo sobre «Off the Wagon Low» y «Epira», ambos 8c+. Y de ahí pretendo ir a Estados Unidos, donde nunca he estado, e intentar el «Sleepwalker», un 8c+ ubicado en Red Rocks. Mientras tanto, querría valorar varias zonas de boulder: la de Tintorale, en Abruzos, y la de Scorace, en Sicilia, donde aún quedan muchas rocas a las que dar vida. Son lugares maravillosos donde la escalada está dando sus primeros pasitos, y yo quiero colaborar y ayudar a que este movimiento crezca.
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